Lazos privados | Para leer on line~
Buenas tardes~
Acabo de terminar por hoy el capítulo XXVII de mi segunda novela. Esta semana está siendo muy productiva porque a este paso podré conseguir adelantar dos capítulos de una sola vez, lo que ya de por sí está genial si tomamos en cuenta que el proceso creativo (al menos en mi caso) no funciona de forma lineal ni regular.
Así que nada: ahí sigo. Con muchas ganas de compartirla contigo y de hacerte entrega de todo lo que poco a poco voy preparando para su lanzamiento: antes, durante y después ^^
¿Que por dónde va? Ahora mismo estamos llegando casi a las 75 mil palabras y las 345 páginas. Espero esta semana finalizar el capítulo XXVII y así dejar todo listo para la semana próxima e inaugurar el XXVIII. El XXX está tannnnnnn cerca!♥
Pero vamos al título de esta entrada.
Lazos privados es uno de mis relatos más celebrados por llamarlo así ;) Y sabrás a qué me refiero cuando lo leas. Lo publiqué un 9 de febrero de 2013 y ahora te lo traigo para que puedas adentrarte en él aquí en mi blog leyéndolo on line.
Recordemos su portada♥
He aquí la sinopsis:
¿Te atreves a desvelar el secreto?♥
Sabes de sobra que me encantará leer tus comentarios o impresiones ;)
Saludines y buena semanita ... ♥♫♫♥♫♪♪♪♥♥♫
Eleanor Cielo~
Pero vamos al título de esta entrada.
Lazos privados es uno de mis relatos más celebrados por llamarlo así ;) Y sabrás a qué me refiero cuando lo leas. Lo publiqué un 9 de febrero de 2013 y ahora te lo traigo para que puedas adentrarte en él aquí en mi blog leyéndolo on line.
Recordemos su portada♥
He aquí la sinopsis:
Ser miembro del grupo musical de este relato tiene ciertas ventajas privadas que nunca conocerán sus fans.
¿Te atreves a desvelar el secreto?♥
Más abajo tienes el relato para leer aquí. Si lo que deseas es descargarte la obra, ve AQUÍ.
Sabes de sobra que me encantará leer tus comentarios o impresiones ;)
Saludines y buena semanita ... ♥♫♫♥♫♪♪♪♥♥♫
Eleanor Cielo~
La reunión secreta sólo se llevaba a cabo a lo largo de varias veces al año. Quedó claro desde el inicio que dichas noches eran, muy exclusivamente, sólo para ellos; que jamás otra persona tendría acceso y conocimiento de lo que sucedía en dichos encuentros. Habían jurado entre ellos, y en la memoria de todos permanecía la madrugada posterior al día en que lanzaron su primer álbum; a todas luces, el detonante de lo que aconteció. Aquella noche los lazos se tornaron estrechos, un punto de cohesión e inflexión que se perpetuaría como grupo musical y de renombre en todo el país décadas más tarde.
La gira continuaba para presentar su trabajo más reciente, el tour estaba siendo un rotundo éxito gracias a aquella nueva imagen acorde con la temática del álbum. Según la semana actuaban en diferentes lugares, lo que provocaba en ciertos momentos grandes cargas de estrés. Era necesario liberarse.
Sin embargo, sería erróneo considerar que estas fechas especiales eran elegidas al azar. Tenían una justificación y periodicidad: cada reunión coincidía con el cumpleaños de cada uno de los integrantes. 4 de enero, 17 de marzo, 26 de junio, 29 de agosto, 1 de octubre. El verano acababa de comenzar y Andrew soplaría una vela más aquella noche.
Aguardaban la cita con impaciencia, especialmente él, y era costumbre elaborar ciertos arreglos y sorpresas para compartirlos con el resto de compañeros. Sólo en la fiesta se darían a conocer semejantes preparativos.
La costumbre era alquilar una suite de un lujoso hotel y a las afueras de la ciudad donde el tour les sorprendiese, todo muy meticulosamente preparado y estudiado. Era transcendental que aquello permaneciese en total anonimato, ni siquiera las esposas respectivas podían sospechar qué hacían en dichas sesiones. Dar explicaciones no era algo que estuvieran dispuestos a hacer.
Las manecillas del reloj anunciaban las diez en punto cuando Gary y Leonard entraban en la suite. Acto seguido se desvistieron lejos de la mirada del otro y aparecieron cubiertos sólo con una pulcra túnica blanca, ajustada, corta, y atada por la cintura. Era otra costumbre. Gary se asió su cabello, rubio, que caía sensualmente sobre sus hombros. Se mordió el labio cuando Leonard se agachó para atarse el lazo rojo en su tobillo. Adoraba su cabello, ondulado y corto, y esos brazos que ahora dejaba al descubierto.
No tardaron en aparecer el resto de integrantes, quienes se habían encontrado en la sala de estar del propio hotel. Se saludaron efusivamente y se dieron besos cándidos en las respectivas mejillas. Acto seguido, cada uno se cambiaba de atuendo y aparecía enfundado en aquel blanco inmaculado. En el tobillo, un lazo rojo.
El miembro que cumplía años tenía el privilegio de elegir el rol que deseaba ejercer esa noche. Para el resto, no era tan sencillo: debían lanzar un dado y adoptar el papel de activo si aparecía un número par, pasivo en caso contrario. Interrogada la suerte, Gary y Leonard consiguieron pares. Aquél estaba totalmente excitado porque los números impares siempre le habían sonreído. Por su parte, el guitarrista deseaba en el fondo de su corazón cifras opuestas a Mark, quien recientemente había tomado la rutina de pintarse los labios de negro y andaba obsesionado con morderlos. Su sexo se estremeció cuando fue testigo de cómo la diosa fortuna lo oyó una vez más. Adam estaba en el mismo bando que Mark. Fue entonces cuando todos miraron a Andrew, aguardando su respuesta final.
— ¿Ya?
—Si quieres, sí.
—Mejor me lo reservo...aunque quiero intercalar. Podemos cambiar esa norma, ¿no?
—Por mí está bien. Me gusta —señaló Adam para comerse con la vista a su hermanastro estimado.
Conseguido quorum, Andrew arrastró un gran sillón que acercó al centro de la habitación y alineó en el brazo del mismo un pañuelo rojo. Se sentó frente a sus compañeros y Mark se aproximó para cubrirle los ojos y evitar así que pudiese ser testigo de lo que a continuación llevarían a cabo.
Inmediatamente después, el cantante agarró a Leonard y comenzó a besarlo desesperado para enterrarle la lengua en lo más profundo de su boca. El guitarrista comenzó a subirle la túnica para poder juguetear con su sexo extendido y húmedo, a lo que Mark no tuvo otra opción que sollozar sofocado. Como entendió que el cantante se derramaría, le arrancó la túnica para lamer y chupar con veneración aquel manjar que no se detenía en emanar abundante líquido preseminal y pegajoso. El pasivo, desde su posición, observaba cómo allá abajo la cabeza de Leonard avanzaba y retrocedía frenética con el único deseo de obtener la materia blanca tras la explosión del placer. Leonard, desesperado, comenzó a agarrarse la toga para poco después quedar completamente desnudo.
Adam separó las piernas para su idolatrado Gary. Éste se hundía en las carnes prietas de sus nalgas, maravillado como siempre lo hacía al tener frente a sí, desnudo, el manso y aterciopelado cuerpo de aquel joven de ojos azules. Le mordió el cuello para que sus dedos pellizcaran semejantes pezoncillos rígidos. La túnica bailaba sobre aquella carne vertical y violenta. Apartó más las piernas. Jadeó y jadeó tanto que comenzó a besarle el cuello con desesperación, y, poco a poco, su pelvis se acostumbraba al movimiento repetido, pendular, impetuoso. Gary no tardó en verterse por completo sobre el bendito cuerpo que había perforado incansablemente. Fue cuando su hermanastro se giró y ambos se fundieron en besos inocentes y tiernos, mejillas rosadas y sendas sonrisas de amantes adolescentes.
Andrew permanecía en el sillón masturbándose mientras atendía cómo el resto de sus compañeros se deshacían en la boca de la lujuria. No podía formar parte de la orgía hasta que alguna de las parejas se le acercara. Era sensualmente torturador.
De este modo, comenzó a sentir cómo dos lenguas viscosas intentaban lamer su sexo endurecido, cómo dos manos diferentes lo friccionaban, cómo dos dedos mimaban sus pezones. Se agitó y aunque tuvo tentación de sacarse la venda, sabía que ello incumpliría las reglas porque debía hacerlo la última pareja en acercarse.
Andrew quería mirar. Inhaló el aroma que desprendían dichas anónimas manos. Creo que reconozco el sabor de la fragancia tibia de Gary… pero la otra mano... ¿de quién se trata? Andrew sentía que otra vez expulsaba de forma orgásmica una pequeña parte de sí mismo. Ahora dos lenguas se introducían en su boca, humedeciéndola con lo que reconoció era su propio semen también. Fue entonces cuando se percató de que era Adam la otra persona incógnita. Y que su miembro volvía a resucitar y a apuntar con entusiasmo hacia el techo. Percibió la risilla de Gary. A continuación, alguien se colocaba sobre él para crear una sola pieza. Andrew necesitaba mirar. Sin poder para decidir u oponerse, penetraba ese furtivo lugar y creía arañar el éxtasis. Recibió la lengua de quien reconoció era Gary y adivinó entonces que Adam se había adueñado de su sexo para cabalgar sobre él.
Cerca del gran sillón Mark y Leonard se revolcaban sobre el suelo, besándose, la saliva corría por sus comisuras. El cantante percibió como el orgasmo lo alcanzaba y vertió todo su semen sobre el torso enrojecido del otro. Acto seguido se dijeron cosas al oído ininteligibles para el resto de compañeros, y se incorporaron.
Leonard desató la venda que impedía a Andrew ser testigo de lo que sucedía en la habitación. Sus compañeros, desnudos, los sexos enrojecidos, húmedos, sólo colgaban los pequeños lazos rojos de sus tobillos. Todos estaban alrededor de él. Adam se desprendió de él instantes previos a la llegada de la eyaculación. Sus miradas se dirigieron a Andrew. Había llegado el momento.
— ¿Delante o detrás, querido Andrew? —preguntó Mark insertándose un dedo en la boca, dejándolo allí instalado, rozándose la lengua en él.
A continuación, formaron una fila para que cada uno pudiese agarrar las nalgas del otro e introducir su sexo: Gary, Adam, Leonard, Mark. Andrew pareció dudar un momento. Finalmente, eligió situarse detrás del cantante, y fundió toda su hombría en aquel venerable y exquisito hueco. Una sola pieza hasta que el orgasmo los asaltó y el semen salpicó sus cuerpos, sabores y texturas.
Se dirigieron a la cama y se abrazaron mutuamente con ternura, complicidad y satisfacción por permanecer unidos después de todo. Sus genitales se rozaban primorosamente. Mark besó a Leonard en presencia de los otros. Andrew se recostó y el resto de sus compañeros bebió vigorosamente de él hasta ver amanecer.
¡Wow! ¡Que lectura!, sobra decir que me encantó. Gracias por compartir con nosotros. Saludos.
ResponderEliminarjejejeje
EliminarNo creo que este relato deje indiferente a nadie ;)
Saludos y gracias por tus palabras! ❀