Seguimos deleitándonos con pasajes de Cosmos : "Por su parte, el adulto seguía inmerso en su lujuria personal, distraído y absorto con los sonidos de la tarde estival: los insectos que, ocultos entre el vergel, afilaban sus antenas y continuaban con sus particulares sinfonías; los ruidos lejanos del bullicio de la ciudad y los sonidos que producía el muchacho. Un silencio compartido, armonioso. — ¿Y no me dirás cómo te llamas? —Graciosamente dejó caer sus manos sobre el regazo, y con ellas la pieza azulada. Esta vez le lanzó una mirada de recíproca confianza — ¿Cuál es tu verdadero nombre, desconocido? El adulto lo contempló, alzó la mano derecha y la posó junto a su mejilla. Desde allí comenzó a rozar los labios con el pulgar, aquella carne que se apretaba bajo la nariz de ******. Éste, en un acto reflejo y casi instantáneo, cerró los ojos y los separó un poco para inmediatamente atrapar el dedo. Lamerlo y morderlo y chuparlo y succionarlo. El hombre lo extrajo y...